AUTORETRATO
Virtud enfermiza
Paciencia que desespera
Lo perfecto no existe en el desierto terrenal
Los errores tienen ese sello de “amor a primera vista”
El latir de la dureza roja no da vida a la más mínima expresión
Es el invierno de los surfistas
Las nubes son el refugio invisible perfecto
El parpadeo de las manos arroja cualquier signo de amor
Liquido negro es el que desprende un sentimiento
La inocencia asusta a la inteligencia
Busca la grandeza en la pequeñez
Encuentra los detalles de las estrellas más lejanas
Pese a todo
La felicidad no es un extraño que llega de visita
Sino un alma gemela que no se aparta.
EXISTE. . . .
Ternura que enferma,
Odio que atrae,
Amor que desgarra,
Virtudes que desesperan,
Defectos que se alegran,
Un hombre solo
Es un ser feroz,
La alegría endemoniada
Sale a lucir sus interminables relámpagos moribundos,
Incendio nebuloso
Es parte de mi contrariedad permanente
IMPOTENCIA
Desafío de la tormenta,
Bajo el mar es tranquilidad,
Sobre él parece el infierno lluvioso,
Las caras húmedas nos derraman su coraje,
Hipócrita parece calmarse,
Toma un respiro,
La fuerza se acumula de nuevo
Para dar su mejor golpe,
El disturbio que pasa sobre el universo
Es un gruñido de la mano
Triste el que yace bajo la mirada
Del tormentoso latir del mar
Imposible sería enfrentársele
Agonía que corrompe los límites del alma sangrante
Inundados los ojos de odio
Marchitas las manos de coraje
La risa irónica que se ahoga
La respiración cesa . . .
Solo queda el movimiento chocante del término de una vida.
Comienzo a gritar
El silencio es oportuno
Una carroza vocal llega
La ferocidad sonora es brutal
La sangre escurre bajo mis mejillas
Corre por el cuello
Las lágrimas se conjugan con un rojo intenso
Ayuno mis pensamientos
. . . . vivir . . .
la reacción es vital
el instinto elevado logra acercarme a mi destino
quisiera ver la música
tocar las palabras
acariciar su canto
lo imposible no existe
solo es un retraso de lo inevitable