mis pensamientos se aplastan delante de la luz artificial
para solo detonar las granadas del pesimismo
la desesperación adereza la amargura del fracaso
no se puede permitir tal olor a azufre
¿quien soy yo, para decir que mis brazos golpean fuerte?
la tarde gris amortigua la humedad inseparable
un fuerte abismo se abre en mi mente
pienso, pienso, pienso,
la actitud bochornosa no suele compaginar con el hijo pródigo
cierto es que el túnel a veces esconde la luz
para hacernos buscar mejor
la llegada aguarda, el tiempo desespera y comprime
si uno permite que el implacable inquieto gobierne
solo acaba ahogándose en los excesos
sin darme cuenta, el destino deslumbra una sonrisa
sin embargo, insisto en la insubordinación temporal
las palabras lejanas se escuchan con mas atención
y permiten la claridad visual del grito desesperado
ahí estas,
dispuesta a renunciar a los tormentos placenteros del mundo
mi voz cojea
ubico mi mente. Por fin la encuentro
¿donde andabas?
En la conformación del universo,
pero prefiero regalarte el resto de mi respiración.
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